La sesión III de Cuentos eróticos con vino blanco seducción agota las plazas una vez más en la Biblioteca

La escritora Siri Hustvedt afirma que «las bibliotecas son fábricas de fantasías sexuales. Es todo un producto de la languidez. El cuerpo tiene que acomodarse (una pierna, la espalda recta...) También es producto de la lectura, levantar la mirada del libro y deambular hacia un muslo, real o imaginario. La penumbra de las estanterías sugieren la idea de lo oculto. Quizás lo provoca el olor a seco del papel, o quizás el olor a viejo del encolado de los libros...»