La lectura está cambiando y, con ella, nosotros, los lectores

 Según el ingeniero informático Alan Kay "la tecnología es todo aquello que fue inventado después de que tú nacieras" haciendo referencia a la idea de que la tecnología es sinónimo de nuevo y moderno. El libro es una tecnología para muchos inmejorable, portátil, fácil de usar, sin necesidad de batería, manejable y práctico, con olor... precisamente son ellos los que más han tardado en iniciar el tránsito hacia lo digital.  Y es que ya lo reconocía Jeff Brezos, "los libros artefactos increíbles".

Millones son las definiciones que se han dado del concepto Libro. Ahora mismo me quedo con Kevin Kelly: "Un único argumento o narrativa de extensión larga,  sin importar su forma o si es en papel o electrónico".

Una de las principales características de los libros del futuro es que ya no serán ladrillos inmutables sino que van acompañados de un llamativo despliegue de enlaces, buscadores, imágenes, sonidos, notas, comentarios, subrayadores... pero ¿realmente morirá eso de leer en una página en blanco lleno de letras negras?

El periodista Nicholas Carr hace una interesante reflexión: "la red atrae nuestra atención solo para dispersarla. Nos centramos intensamente en el medio, en la pantalla, pero nos distrae el fuego graneado de mensajes y estímulos que compiten entré sí por atraer nuestra atención".  Y es que el estado de nuestro cerebro es distraido y páginas de libros lograron mantenernos absortos durante horas. Ya saben ese viejo refrán: "libro abierto, lector enfrascado".

A partir de ahora los múltiples dispositivos de lectura conectados, desde el móvil hasta el tablet, ponen al usuario en un aprieto: ¿recomiendo el libro en facebook?, un nuevo correo electrónico ¿lo leo ahora?, ¿escucho una pista musical y un video de youtube?

Sin duda aunque estemos leyendo la misma obra, ya no leemos igual.

El futuro de la lectura. Virginia Collera

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